jueves, 29 de diciembre de 2005

SENTIR MIS LAGRIMAS CAER.

Es en estos momentos
Cuando mas necesito estar vivo
Tener una mano amiga
de la cual poder aferrarme.

Poder destrozarme el corazón
Sentir tibios cristales en mis mejillas
Como afiladas hojas de cuchillas
Que dejasen profundas marcas en mi piel.

Cortar poco a poco mis venas
Desear que por mi sientan piedad
Que alguien se ponga en mi lugar
Y ser libre por solo una vez.

Pero desgraciadamente estoy muerto,
Solo tengo a la soledad
Que se apodera de mi ser con maldad
Y me deja en un mundo de incomprensión.

Mi alma antes angelical
Era una sinfonía de bellas canciones
Ahora exenta de emociones
Es un coro de gritos ahogados.

Los primeros rayos del astro diurno
Como las mas grandes bendiciones
Me producen dolorosas lesiones
Que soporto con gran placer.

Es en este momento
Cuando decido estar vivo
Permito que el sol me consuma la vida
Y siento por fin mis lágrimas caer.

viernes, 23 de diciembre de 2005

PODRÍA

Podría hundirme, en tu recuerdo esta noche
Pienso que en verdad, no vale la pena
Pero al ver esa luz en tu mirada
Me olvido de ello y de todo lo que me rodea
Dejaría mi vida en tus manos
Solo para, no dejarla caer en soledad

Podría hundirme, en tu recuerdo esta noche
¿No entiendes que muero por ti?
Me hundo, en el recuerdo del calor de tu piel
Y la sensibilidad del tu alma
Aún sigo en este vacío
Que no puede llenar, ¡un simple suspiro!
Mi tristeza se agranda
Mientras va haciendo a un lado la esperanza

Podría hundirme, en tu recuerdo esta noche
Aclamaría que me dejes entrar en ti
Lloraría por que no dejes caer mi alma
Podría hundirme en tu recuerdo esta noche

domingo, 4 de diciembre de 2005

DIVINA TRINIDAD

I
Celos de la noche que te acaricia el pecho. Carne y sangre encrespadas por el deseo. Tus labios tiemblan, tus ojos pierden la luz y me abrazas con tu sola presencia. Cuéntame, cántame al oído tu historia, confiésate subterránea cual semilla en espera.

II
Verdadera porque me diste la impresión de latir por fuera, de cernirme con regocijos que sacudían lo aledaño. Falsa, porque tus risas punzantes me negaron tu Edén, porque halabas cuando debías aflojar, porque del Cielo me hacías parte cuando el Infierno condimentabas para volcarlo a mi desnudez.Quién en el trono de tu santuario, quién las riendas de tu sino, de tu anhelado paraje. Envídiole con sarnosa codicia.
Despelleja ese tesoro tuyo que por faz te fue dado. Nadie, nunca, por las delicias de la hermosura, debe sufrir escarnios como los que debates salvajemente.

III
Esa máscara tuya que con paradójico fin conjura tu auténtica esencia. Esa veladura fatal sojuzgándote las piernas, no se motiva a atraparte a ti, sino a hacer de mí el botín. Te veo y caigo en la trampa. Elevas la sublime carnada enfundada en veneno puro. El labio se ciñe al diente, la ceja tiembla y el ojo titila. Estoy perdido. Me sabes extraviado por el poder de tu deseo, y aun así, continúas la masacre. Jactanciosa disfrutas la caricia de esta mirada que sin tropiezo asciende del tobillo a la orla de tu diminuta falda. Pudiera sobrepasarme y andar más allá si no fuera por esa tu visión de druidesa que te incita a apretar con atroz malicia para desvanecer mi esperanzado morbo. Eva eres, sierpe y fruto en una misma personalidad; y yo, Adán miserable, he de perecer ante esta Trinidad Divinísima