viernes, 12 de octubre de 2007

OTOÑO

Ya he llegado al otoño fatal de las ideas, y es preciso emplear la pala y los rastrillos trabajando de nuevo las tierras inundadas donde se abrieron hoyos vastos como sepulcros.
Quién sabe si las nuevas flores con que yo sueño, en el suelo encharcado encontrarán el místico alimento que nutra su firme lozanía.
¡Oh dolor, oh dolor! El tiempo come vida y el sombrío enemigo que el corazón nos roe crece fuerte, bebiendo la sangre que perdimos.