martes, 28 de diciembre de 2004

OJOS DE ÁGATA Y METAL

Yo soy la esencia de lo que fui en mi antiguo imperio.
Ahora... Me encuentro en el mundo humano. He caminado, conociendo los sentimientos más tristes y destructivos de este lugar. Pero, aun sigo de pie con mi armadura. El filo de mis garras me protege, poco a poco recuerdo quién fui y te he encontrado. Sé que tienes el valor y la fuerza para liberar del antiguo hechizo de hielo el corazón del mar. Sigue adelante y muéstrame tu fuerza, que no me he equivocado, pues ahora, los ejércitos de las sombras intentarán hacer caer tu valor y apricionarme en la oscuridad de su reino.

Hay otros Lores en este mundo, ellos también lograron encontrar el camino al reino humano, pero no vienen a buscar el complemento de su alma, sino a destruir la fantasía de los hombres, para que olviden soñar, para que pierdan su capacidad de sorprenderse, para valorar una apariencia y no el alma. Pero tu eres diferente, así que mirare en tus ojos de Ágata y Metal que me darán el poder para seguir adelante, conservare el amor personificado, vanagloriare mi ser, mi sabiduría, pero conservare la humildad como humano y llenare mi vacío con tu tan humano amor ¿o tal vez no es tan humano como piensas? (eso te toca a ti).

Así que en mis meditaciones, sentado en la cima de esta montaña, en esta noche, observo el cielo; un cielo azul, azul profundo y siento como el gélido viento toca mi rostro y miro la estrella que más brilla; allí se conjugan dos seres que con extraña rareza pueden entrelazarse y por la verdad y el amor, forman un solo brillo, una sola luz, comenzando el principio de un todo y la continuación de la eternidad. Y me doy cuenta que como esa tarde a tu lado no puede llover todo el tiempo, pues estas aquí, en los sueños.